Una vivienda inhabitable es aquella que no cumple con los requisitos mínimos de habitabilidad establecidos por la normativa vigente, lo que compromete la seguridad, la salubridad y el bienestar de sus ocupantes. La identificación de estas condiciones resulta esencial tanto para los propietarios como para inquilinos, administradores de fincas y profesionales del sector inmobiliario, a fin de garantizar que los inmuebles cumplan con los estándares exigidos por la ley.

Definición de vivienda inhabitable

Se considera inhabitable todo inmueble que presente deficiencias que lo hagan inseguro o inadecuado para el uso residencial. Entre los factores más habituales que determinan dicha condición se encuentran:

– Problemas estructurales: daños en cimientos, cubiertas, muros o elementos constructivos que comprometan la estabilidad y seguridad del edificio.
– Deficiencias en los servicios básicos: carencia de suministro de agua potable, electricidad, saneamiento o ventilación adecuada.
– Humedad y proliferación de moho: indicativos de patologías constructivas que representan riesgos para la salud.
– Insalubridad o presencia de plagas: circunstancias que atentan contra la seguridad e higiene de la vivienda.

Riesgos asociados a la inhabitabilidad

La declaración de inhabitabilidad suele estar vinculada a riesgos directos para la salud o la integridad física de los ocupantes. Entre los más frecuentes se incluyen:

  • Instalaciones de gas o electricidad defectuosas, con riesgo de incendio, explosión, descarga eléctrica o fuga.
    • Grietas estructurales, humedades persistentes o cubiertas en mal estado.
    • Carencia de suministros básicos como agua caliente, electricidad o ventilación natural.
    • Falta de accesos seguros que incrementen la posibilidad de accidentes domésticos.

Criterios normativos de habitabilidad

La legislación urbanística y de vivienda vigente establece parámetros mínimos para considerar habitable un inmueble. Entre los más relevantes destacan:

  1. Superficie útil mínima y adecuada distribución de estancias.
    2. Altura libre mínima de techos y condiciones de accesibilidad.
    3. Existencia de iluminación y ventilación natural.
    4. Disponibilidad de servicios esenciales de agua, electricidad y saneamiento.
    5. Seguridad estructural y estado de conservación.
    6. Obtención y vigencia de la cédula de habitabilidad.

Procedimiento ante la declaración de inhabitabilidad

Cuando una vivienda incumple las condiciones de habitabilidad, pueden activarse diferentes vías de actuación:

  1. Reclamación formal al propietario en caso de alquiler, exigiéndole las reparaciones pertinentes.
    2. Emisión de un informe técnico por arquitecto o aparejador que documente las deficiencias.
    3. Solicitud de intervención al Ayuntamiento para verificar el estado del inmueble.
    4. Inicio de procedimientos legales en caso de incumplimiento.

En situaciones graves, la administración municipal puede dictar un decreto de inhabitabilidad que prohíba el uso del inmueble hasta su rehabilitación.

Relevancia en la gestión y el mercado inmobiliario

Para agencias inmobiliarias y administradores de fincas como Finques Chicote, garantizar la habitabilidad de los inmuebles gestionados es una prioridad estratégica. Una vivienda que cumpla con los requisitos legales no solo asegura la protección de los ocupantes, sino que también preserva el valor patrimonial y evita contingencias legales derivadas de su comercialización o arrendamiento.

Cobertura de inhabitabilidad en póliza de seguro

La cobertura de inhabitabilidad en un seguro multirriesgo hogar constituye una herramienta clave de protección frente a contingencias. Dicha cobertura habitualmente incluye:

  • Costes de alojamiento provisional mientras se ejecutan las reparaciones.
    • Reembolso por gastos de reparación de elementos que motivaron la inhabitabilidad.
    • Indemnización por pérdida de bienes derivados de la inhabitabilidad.
    • Asesoramiento jurídico y asistencia en reclamaciones.

Para acceder a estas coberturas, es indispensable contar con un informe oficial que certifique la inhabitabilidad, notificar tal circunstancia a la aseguradora de manera inmediata y cumplir con las condiciones específicas de la póliza.

Conclusión

El conocimiento de los criterios de habitabilidad y de los procedimientos aplicables ante situaciones de inhabitabilidad es fundamental en la práctica profesional inmobiliaria. La detección temprana de deficiencias, junto con la adecuada gestión técnica y legal, garantiza la seguridad de los ocupantes y la protección del valor de los inmuebles. Asimismo, la contratación de una póliza de seguro multirriesgo hogar con coberturas específicas ofrece una garantía adicional frente a los riesgos que puedan comprometer la utilización del hogar.

 

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