El leasing inmobiliario es una fórmula de financiación utilizada por empresas y autónomos para adquirir inmuebles destinados a su actividad profesional. En Finques Chicote te contamos cómo funciona y cuáles son sus principales ventajas.
Esta modalidad consiste en un contrato de arrendamiento en el que el arrendador cede el uso de un bien inmueble a cambio de cuotas periódicas. Al finalizar el contrato, el arrendatario tiene la posibilidad de comprar el inmueble mediante una opción de compra.
Este mecanismo puede aplicarse a diferentes tipos de inmuebles vinculados a actividades económicas, como locales comerciales, oficinas, naves industriales u hoteles. Una de sus características más relevantes es su duración mínima de diez años. Además, según la Asociación Española de Leasing y Renting (AELR), el proceso implica varias fases: la adquisición del inmueble por parte del arrendador, su posterior cesión en arrendamiento financiero al arrendatario, y, si se ejerce la opción de compra, una nueva compraventa final. Todo esto debe formalizarse mediante escritura pública.
Entre sus ventajas, destaca la posibilidad de ajustar las cuotas al flujo de caja del cliente, lo que facilita la planificación financiera. Además, permite distribuir el pago del IVA a lo largo del contrato, mejorando la liquidez de la empresa. Otra ventaja es su favorable tratamiento fiscal, ya que la operación permite aplicar una amortización acelerada del bien y está exenta de ciertos impuestos en transmisiones sucesivas.
Las compañías de leasing suelen ofrecer asesoramiento gratuito durante todo el proceso, lo que reduce costes adicionales de consultoría. Asimismo, hasta que el inmueble no está operativo, el cliente únicamente abona intereses, lo que proporciona mayor margen financiero.
A pesar de sus beneficios, el leasing inmobiliario ha sufrido una caída significativa en los últimos años. Según la AELR, la inversión en este producto alcanzó solo 728 millones de euros en 2020, siendo el peor dato desde 2003. La crisis financiera de 2008 y, posteriormente, la pandemia DE 2020, afectaron gravemente su desarrollo. No obstante, la tasa de morosidad se mantiene baja, en torno al 1%, y se espera que esta tendencia continúe estable o incluso mejore.