La fianza en los contratos de alquiler es una cantidad de dinero que el arrendatario (inquilino) entrega al arrendador (propietario) en el momento de firmar el contrato de alquiler. Esta suma tiene como propósito principal garantizar el cumplimiento de las obligaciones contractuales y la buena conducta del inquilino durante la duración del arrendamiento. La fianza sirve como medida de seguridad tanto para el arrendador como para el arrendatario y se rige por la LAU (Ley de Arrendamientos Urbanos), en Finques Chicote te contamos para qué sirve.
Las funciones y propósitos de la fianza en los contratos de alquiler son los siguientes:
- Cubrir daños y reparaciones: La fianza puede utilizarse para cubrir el coste de posibles daños o deterioro que la propiedad pueda sufrir durante el período de alquiler. Al finalizar el contrato, el arrendador puede retener una parte o la totalidad de la fianza si es necesario para reparar los daños causados por el inquilino.
- Garantizar el pago del alquiler: La fianza puede actuar como garantía adicional en caso de incumplimiento en el pago del alquiler. Si el inquilino deja de pagar el alquiler, el arrendador puede usar parte o la totalidad de la fianza para compensar las rentas adeudadas.
- Asegurar el cumplimiento de las obligaciones: Además de pagar el alquiler puntualmente, el inquilino tiene otras responsabilidades, como mantener la propiedad en buenas condiciones y cumplir con las normas del edificio o comunidad, en este caso, la fianza proporciona una motivación adicional para que el inquilino cumpla con estas obligaciones.
- Proteger los intereses del arrendatario: Si el arrendador no cumple con sus obligaciones, la fianza también puede actuar como una protección para el inquilino. Si el arrendador no devuelve la fianza injustificadamente al final del contrato, el inquilino puede tener derecho a reclamar su devolución a través de procedimientos legales.
- Promover la estabilidad en el alquiler: La fianza puede disuadir a los inquilinos de abandonar la propiedad de manera abrupta o irresponsable, ya que desean recuperar su fianza al final del contrato.
En la LAU se establece la cantidad máxima de la fianza, que equivale a uno o dos meses de renta, así como los procedimientos para su gestión y devolución. Es esencial que ambas partes comprendan los términos y condiciones de la fianza al firmar el contrato de alquiler y que se mantenga una comunicación clara y transparente a lo largo del arrendamiento para evitar malentendidos o conflictos futuros.