En diversos momentos de la vida, es necesario realizar trámites legales que requieren ser formalizados ante un notario. Ya sea al adquirir un bien, recibir una herencia o firmar un contrato, la intervención de este profesional garantiza la legalidad y autenticidad del proceso. Tanto notarios como registradores de la propiedad cumplen funciones esenciales dentro del ámbito jurídico, asegurando la validez de documentos y registros, pero a menudo suelen confundirse, por eso en Finques Chicote, te explicamos sus funciones para que puedas diferenciarlos.

El papel del notario:

El notario es un profesional del derecho encargado de dar fe pública a diversos actos legales. Su labor principal consiste en verificar la legalidad de documentos y transacciones, tales como compraventas, testamentos y poderes notariales, entre otros. Su firma y sello confieren autenticidad y valor probatorio a estos documentos, asegurando que cumplen con los requisitos legales.

Dado el papel fundamental que desempeñan, los notarios son altamente demandados. Su participación aporta seguridad jurídica, permitiendo que las personas formalicen acuerdos con la certeza de que cuentan con respaldo legal. Además, su intervención previene posibles disputas futuras al otorgar carácter oficial a los documentos.

Funciones principales del notario

Entre las tareas más habituales de un notario se encuentran:

  • La constitución y disolución de sociedades civiles y mercantiles.
  • La redacción y validación de testamentos, compraventas, donaciones y herencias.
  • La certificación de contratos y estatutos de sociedades.
  • La cesión de poderes tanto a nivel particular como empresarial.
  • La formalización de divorcios de mutuo acuerdo cuando no hay hijos menores involucrados.

El papel del registrador de la propiedad:

El registrador de la propiedad es un funcionario que se encarga de inscribir y controlar la titularidad de bienes muebles e inmuebles. Su responsabilidad radica en garantizar que los derechos de propiedad queden debidamente registrados y protegidos legalmente.

Además de la inscripción de bienes, los registradores mercantiles supervisan el registro de sociedades, asegurando el cumplimiento normativo. También proporcionan asesoramiento sobre impuestos y requisitos legales relacionados con las transacciones.

Diferencias y complementariedad:

Mientras que el notario certifica la validez de documentos y acuerdos, el registrador se encarga de inscribirlos formalmente en los registros públicos. Ambos profesionales trabajan de manera complementaria, proporcionando seguridad jurídica en múltiples ámbitos. Dependiendo del trámite a realizar, se debe recurrir a uno u otro para garantizar el cumplimiento legal correspondiente.

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