En el contrato de alquiler aparece el concepto de fianza, que corresponde a una mensualidad y que actúa como garantía por si hay algún desperfecto o se produce algún impago por parte del inquilino, sin embargo una vez finalizado el contrato, esta fianza se devuelve, siempre y cuando el arrendatario entregue el inmueble en las mismas condiciones en las que lo recibió.
En Finques Chicote te explicamos en qué casos puede quedarse un arrendador la fianza del alquiler y cuándo está obligado a devolverla al arrendatario.
Aunque la ley no establece un plazo concreto para la devolución de la fianza, si no se realiza en el plazo de un mes una vez terminado el contrato, el propietario tendría que pagar un interés legal que correspondería aplicar a la cantidad pendiente de devolución.
No obstante, estos serían los casos en los que un propietario podría retener toda o parte de la fianza:
- Si el arrendatario debe algún mes de renta o ha dejado de pagar algún gasto que le concierna según el contrato: En ocasiones, puede que el importe de la fianza no cubra toda la deuda, por lo que habría que reclamar amistosamente al inquilino si no hay otro tipo de garantías pactadas, y en caso de que el arrendatario no proceda a dicho pago, se tendría que poner la pertinente demanda judicial
- Si se encuentran desperfectos en la vivienda, tanto en los muebles como en los electrodomésticos: En este caso el propietario podría retener parte de la fianza.
- Si existen facturas de los suministros pendientes de pago: Dependiendo de las facturas pendientes, la fianza podrá cubrir el importe impagado.
- Si el inquilino abandona el piso antes del tiempo pactado en el contrato de alquiler: La ley establece que el inquilino podría dejar un piso alquilado en cualquier momento a partir de los seis meses de haberlo alquilado y con un preaviso de al menos 30 días, no obstante, puede haber alguna cláusula en el contrato en la que el inquilino tenga que indemnizar al casero si deja el piso antes de tiempo.